sábado, octubre 23, 2004

Oficinas públicas chilenas no podrán negar información

Oficinas públicas chilenas no podrán negarse a entregar información
La Contraloría calificó como ilegal diferentes resoluciones de varios servicios públicos en los que decretaban como secreto variada información de sus oficinas.
Como “una de las victorias más importantes de los últimos años en el ámbito de los derechos ciudadanos” fue calificado por organizaciones ciudadanas el dictamen de la Contraloría General de la República que ordenó a todas las reparticiones públicas y ministerios a terminar con la práctica ilegal de declarar “secreta” cierta información que, por su naturaleza, tiene carácter de pública.
El documento del ente contralor contiene impugnación a unas 50 diferentes Resoluciones de oficinas estatales, en las que algunas, incluso, declaraban secreto la publicación de los salarios de los funcionarios públicos, la información de los trámites de entrega de concesiones acuícolas y las declaraciones de intereses de los empleados fiscales, entre otras.

Desde 2001 diversas oficinas públicas comenzaron a dictar resoluciones que declaraban "secreta", información de relevancia para la ciudadanía, lo que implicaba que dichos antecedentes sólo podrían ser conocidos después de 20 años, existiendo una limitación expresa para su difusión por medio de la prensa.

Por tal motivo, en el mes de mayo de 2003, se solicitó un pronunciamiento de la Contraloría General de la República respecto de 50 resoluciones que, a esa fecha, estaban vulnerando los derechos de los ciudadanos. Este libelo impugnatorio, redactado por el abogado ambientalista Moisés Sánchez (Jornadas en Re), fue suscrito por Patricio Herman (Agrupación “Defendamos la Ciudad”), Antonio García (Cívika, derechos ciudadanos), Edgardo Condeza (Movimiento por los Derechos y la Consulta Ciudadana), y contó con el apoyo de “Ciudad Viva” y el consejero regional metropolitano Pedro Saitz.

Moisés Sánchez, abogado que redactó la impugnación afirmó que “este dictamen constituye una oportunidad única para poner fin a una práctica ilegal que se venía desarrollando desde hace más de tres años por parte de toda la administración pública, y que implicaba que la ciudadanía estaba contando cada vez con menores espacios de participación efectiva en las decisiones de la autoridad, y con casi un nulo acceso a la información” Sánchez agrego que “ahora, con este dictamen, los ciudadanos hemos recuperado los espacios que querían sernos arrebatados bajo la fórmula del ‘secreto’”.

Por su parte el Doctor Edgardo COndeza que lidera el Movimiento por los Derechos y la Consulta Ciudadana opinó que esta sistemática práctica de decretar como secreto información pública obedece a “una falta de ética y principios de ciertos funcionarios públicos” que se da en un contexto de “modelo ideológico, económico y social” y de una falta de cultura y educación cívica.
El doctor Condeza agregó que el dictamen de Contraloría “es trascendental” para el acceso a la información y la participación ciudadana, pero que hay que seguir avanzando en el reclamo de estos derechos pues se debe disminuir la el alto poder de “discrecionalidad que tienen ciertos funcionarios públicos” para decretar ciertas decisiones. Dentro de sus contenidos, el dictamen cuestiona la legalidad de todos estos decretos, y específicamente ordena que sean de dominio públicos los siguientes antecedentes que fueron declarados secretos de forma ilegal: - Información de remuneraciones de personal, y la relativa a los juicios y reclamaciones interpuestas ante tribunales en contra del servicio, entre otras materias (CONAMA).- Procesos disciplinarios de funcionarios públicos (Tesorería General de la República, Servicio médico Legal, Dirección de Presupuestos, Caja de Previsión de la Defensa Nacional y Subsecretaría de Marina)- Declaraciones de intereses de ejecutivos y actas de sesiones del consejo (Caja de Previsión de la Defensa Nacional)- Documentos que respalden egresos y contratos suscritos por el servicio (Tesorería General de la República)- Decisiones respecto de estudios y análisis de temas de cualquier naturaleza (Dirección de Presupuestos)- Trámites previos al pronunciamiento del cualquier acto administrativo, Decreto Supremo de nombramiento del Comandante en Jefe de la Armada y antecedentes relativos a concesiones marítimas (Subsecretaría de Marina).

De esta forma, este dictamen ordena a todas las reparticiones que han dictado resoluciones de secreto o reserva, a que las reexaminen modificándolas a la brevedad, de manera de no afectar el principio de publicidad de los actos de la administración, sentando un importante precedente en la aplicación de la normativa de publicidad de los actos públicos, al limitar de manera genérica los alcances del secreto. Con posterioridad a la fecha de la reclamación, se han publicado otras 60 resoluciones de secreto, las que también deben ser modificadas en conformidad a los criterios establecidos en este dictamen.

Oficinas públicas no podrán negarse a entregar información

La Contraloría General de la República, en Chile calificó como ilegal diferentes resoluciones de varios servicios públicos en los que decretaban como secreto variada información de sus oficinas.

Como “una de las victorias más importantes de los últimos años en el ámbito de los derechos ciudadanos” fue calificado por organizaciones ciudadanas el dictamen de la Contraloría General de la República que ordenó a todas las reparticiones públicas y ministerios a terminar con la práctica ilegal de declarar “secreta” cierta información que, por su naturaleza, tiene carácter de pública.
El documento del ente contralor contiene impugnación a unas 50 diferentes Resoluciones de oficinas estatales, en las que algunas, incluso, declaraban secreto la publicación de los salarios de los funcionarios públicos, la información de los trámites de entrega de concesiones acuícolas y las declaraciones de intereses de los empleados fiscales, entre otras.
Desde 2001 diversas oficinas públicas comenzaron a dictar resoluciones que declaraban "secreta", información de relevancia para la ciudadanía, lo que implicaba que dichos antecedentes sólo podrían ser conocidos después de 20 años, existiendo una limitación expresa para su difusión por medio de la prensa.
Por tal motivo, en el mes de mayo de 2003, se solicitó un pronunciamiento de la Contraloría General de la República respecto de 50 resoluciones que, a esa fecha, estaban vulnerando los derechos de los ciudadanos.
Este libelo impugnatorio, redactado por el abogado ambientalista Moisés Sánchez (Jornadas en Re), fue suscrito por Patricio Herman (Agrupación “Defendamos la Ciudad”), Antonio García (Cívika, derechos ciudadanos), Edgardo Condeza (Movimiento por los Derechos y la Consulta Ciudadana), y contó con el apoyo de “Ciudad Viva” y el consejero regional metropolitano Pedro Saitz.
Moisés Sánchez, abogado que redactó la impugnación afirmó que “este dictamen constituye una oportunidad única para poner fin a una práctica ilegal que se venía desarrollando desde hace más de tres años por parte de toda la administración pública, y que implicaba que la ciudadanía estaba contando cada vez con menores espacios de participación efectiva en las decisiones de la autoridad, y con casi un nulo acceso a la información” Sánchez agrego que “ahora, con este dictamen, los ciudadanos hemos recuperado los espacios que querían sernos arrebatados bajo la fórmula del ‘secreto’”.
Por su parte el Doctor Edgardo Condeza que lidera el Movimiento por los Derechos y la Consulta Ciudadana opinó que esta sistemática práctica de decretar como secreto información pública obedece a “una falta de ética y principios de ciertos funcionarios públicos” que se da en un contexto de “modelo ideológico, económico y social” y de una falta de cultura y educación cívica.
El doctor Condeza agregó que el dictamen de Contraloría “es trascendental” para el acceso a la información y la participación ciudadana, pero que hay que seguir avanzando en el reclamo de estos derechos pues se debe disminuir la el alto poder de “discrecionalidad que tienen ciertos funcionarios públicos” para decretar ciertas decisiones.
Dentro de sus contenidos, el dictamen cuestiona la legalidad de todos estos decretos, y específicamente ordena que sean de dominio públicos los siguientes antecedentes que fueron declarados secretos de forma ilegal: - Información de remuneraciones de personal, y la relativa a los juicios y reclamaciones interpuestas ante tribunales en contra del servicio, entre otras materias (CONAMA).- Procesos disciplinarios de funcionarios públicos (Tesorería General de la República, Servicio médico Legal, Dirección de Presupuestos, Caja de Previsión de la Defensa Nacional y Subsecretaría de Marina)-
Declaraciones de intereses de ejecutivos y actas de sesiones del consejo (Caja de Previsión de la Defensa Nacional)- Documentos que respalden egresos y contratos suscritos por el servicio (Tesorería General de la República)-
Decisiones respecto de estudios y análisis de temas de cualquier naturaleza (Dirección de Presupuestos)- Trámites previos al pronunciamiento del cualquier acto administrativo, Decreto Supremo de nombramiento del Comandante en Jefe de la Armada y antecedentes relativos a concesiones marítimas (Subsecretaría de Marina).
De esta forma, este dictamen ordena a todas las reparticiones que han dictado resoluciones de secreto o reserva, a que las reexaminen modificándolas a la brevedad, de manera de no afectar el principio de publicidad de los actos de la administración, sentando un importante precedente en la aplicación de la normativa de publicidad de los actos públicos, al limitar de manera genérica los alcances del secreto.
Con posterioridad a la fecha de la reclamación, se han publicado otras 60 resoluciones de secreto, las que también deben ser modificadas en conformidad a los criterios establecidos en este dictamen.

Acceso a la Información Pública en Guatemala

El jueves 21 de octubre la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asies) de Guatemala presentó a diversos sectores de la sociedad tres anteproyectos de ley, que buscan fortalecer el poder civil y contribuir al avance de los procesos de reforma y gobernabilidad democrática.

Ley sobre el libre acceso a la información y clasificación y desclasificación de información estatal; ley de servicios de seguridad privada, y la ley de orden público, son las propuestas del proyecto denominado Implementación de la agenda legislativa de los acuerdos de paz, en el ámbito de seguridad democrática. Fue ejecutado por Asies y financiado por organismos internacionales.

Las propuestas

El anteproyecto de libre acceso a la información considera tres aspectos: el derecho de acceso a la información pública, a los datos personales que se encuentran en archivos gubernamentales, así como los que se localizan en archivos privados.
Sobre la ley de servicios de seguridad privada, Asies hace ver la necesidad de que exista una ley que regule a las empresas privadas, ya que el número sobrepasa al de los agentes de la Policía Nacional Civil.
Asies propone en la ley de orden público modificar algunos de sus artículos, ya que contiene “incoherencias conceptuales y no responde a los compromisos de los acuerdos de paz”.

Acceso a la Información Pública en la región

Cuarenta años después de que Estados Unidos creara el Acta de Libertad de Información, varios países latinoamericanos han aprobado, o están bosquejando, sus propias leyes de acceso.
Un texto reciente de la revista Global Journalist examina la situación en varias naciones.
Aunque algunos países ya tienen leyes de acceso, muchos carecen de la infraestructura necesaria para reforzarlas, dice el artículo.
El reportaje escrito por María Agustina Guerrero cubre el estado de la accesibilidad a la información en Panamá, Perú, México, Ecuador, República Dominicana, Colombia, Paraguay, Argentina y Brasil.

http://www.globaljournalist.org/magazine/2004-3/latinamerica.html

Persisten obstáculos para la información pública

Cuarenta años después de que Estados Unidos creara el Acta de Libertad de Información, varios países latinoamericanos han aprobado, o están bosquejando, sus propias leyes de acceso. Un texto reciente de la revista Global Journalist examina la situación en varias naciones.
Aunque algunos países ya tienen leyes de acceso, muchos carecen de la infraestructura necesaria para reforzarlas, dice el artículo de la periodista Maria Agustina Guerrero. El reportaje cubre el estado de la accesibilidad a la información en Panamá, Perú, México, Ecuador, República Dominicana, Colombia, Paraguay, Argentina y Brasil.

El artículo se puede leer en http://www.globaljournalist.org/magazine/2004-3/latinamerica.html

lunes, octubre 18, 2004

Una ley que no admite postergación

Editorial publicada en La Nación de Buenos Aires el 17 de octubre de 2004

La reciente visita a Buenos Aires de Kevin Goldberg, especialista norteamericano en temas sobre la relación entre el Estado y los ciudadanos –en una reunión que fue organizada por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) y a la que asistió el jefe de Gabinete, Alberto Fernández–, permitió conocer cómo funciona en su país una ley vital que posibilita a los ciudadanos el acceso a la información sobre el desempeño de las distintas áreas de gobierno.

El momento elegido fue sumamente oportuno si se tiene en cuenta que el Congreso argentino está en mora desde hace tiempo con la tarea de dar forma a una ley de acceso a la información.

Goldberg hizo hincapié en que esta ley contempla y ampara un derecho fundamental de toda la población, no sólo de algunos sectores como podría ser el del periodismo, desde el momento en que cualquier ciudadano puede presentarse ante una oficina pública de gobierno y, cumpliendo con la reglamentación exigida, solicitar datos que necesite y que competan a esa área.

El punto referido a la reglamentación es muy importante, porque define los alcances de la ley, establece los criterios para su instrumentación y señala las herramientas y los recursos para el ejercicio efectivo de este derecho. En cuanto a la aplicación concreta de la ley en los Estados Unidos –la FOIA (por sus siglas en inglés) fue promulgada el 4 de julio de 1966, a pesar de que el entonces presidente Lyndon B. Johnson no la consideraba indispensable–, algunos ejemplos aportados por el visitante no dejaron dudas sobre su efectividad, como que a partir de un pedido de información se descubrió que de 1200 represas sólo 33 tenían previsto cómo actuar ante una emergencia.

De lo cual resulta fácil concluir que ese mayor acceso a la información de parte de la ciudadanía redunda en una mayor eficiencia de la administración pública, ya que las agencias del gobierno deben publicar abiertamente y en forma diaria cierta información, además de contar con personal especialmente capacitado para orientar a los ciudadanos en cómo o dónde buscar la información.
La experiencia norteamericana permite reflexionar, en perspectiva, cuáles pueden ser los principales impedimentos que surjan para su ejercicio. Goldberg no dejó de recordar que para que la ley funcione en forma correcta es fundamental que se invierta en presupuesto y fiscalización, un tema siempre delicado para cualquier gobierno de cualquier país. En el caso concreto de la Argentina, hay que recordar que si bien el proyecto de ley de acceso a la información cuenta ya con media sanción de la Cámara de Diputados desde mayo de 2003, si no es aprobado por el Senado en el presente período de sesiones ordinarias, esto es, hasta noviembre, perderá estado parlamentario.

Lamentablemente, como la historia reciente de nuestro Congreso cuenta con tantos ejemplos de proyectos de ley vitales para la vida del país cuyo tratamiento se demoró repetidas veces, es legítimo que todos los sectores involucrados en llevar adelante este proyecto teman que se malogre una vez más. Además, aunque en diciembre de 2003 el Presidente emitió el decreto 1172/03, donde se reglamenta el derecho de acceso a la información en el ámbito del Poder Ejecutivo, éste no alcanza a la información en el ámbito del Poder Legislativo ni en el del Poder Judicial.

No es justo que por la desidia o incompetencia de algunos de nuestros representantes se pierda la posibilidad de sanción de una ley que no sólo es indispensable para una sana vida republicana, sino que la necesidad de su existencia, reconocida en la Constitución Nacional, ha sido planteada por una pluralidad de voces surgidas de la sociedad civil, los medios de comunicación y representantes incluso de la propia clase política –fue la senadora Cristina Fernández de Kirchner, que preside la Comisión de Asuntos Constitucionales, la que se comprometió recientemente, en la comida de Adepa, a promover su rápida sanción–, como claro testimonio de que los argentinos estamos aprendiendo a vivir la democracia como un derecho que ninguna administración puede permitirse arrebatarnos.